Cada cinco años, los peruanos nos vemos sometidos por leyes que unos pocos hicieron, dizque en nombre de todos, y entonces, hay que elegir a otros que, quizás, con suerte para nosotros, y confort para ellos, nos dirán que hacer y cumplir nuevamente, y a través de sus normas y leguleyadas nos dirán como gastar y en que, que comer, de que enfermarnos, que medicinas usar, que actividades hacer, donde vivir y un largo etc.
Es una realidad que se repite y se repite, y claro, algunos dirán, eso no es cierto, tenemos libertad, podemos hacer lo que sea.
¡Falso!
Estamos sitiados, totalmente sitiados. Si tendríamos libertad, entonces podríamos decidir en ir a elegir o no ir a elegir, podríamos elegir a las personas que quisiéramos bajo reglas comunes a todos quienes candidatearan, reglas predecibles y no reglas bajo interpretaciones “iluminadas y auténticas”. Podríamos tener el privilegio de elegir a administradores de justicia con participación de ciudadanos honestos y de juicio equilibrado, para que conjuntamente con jueces y fiscales se ponga equidad a la justicia y al espíritu de la ley, pero no, no somos libres y esto tiene un altísimo costo.
Si no estuviéramos sitiados, podríamos emprender negocios sostenibles sin tener la brutal presión -tributaria- que el Estado neo liberal ejerce sobre sus ciudadanos, sin mayores incentivos, sin aquello que se les da a las grandes empresas, bajo convenios de estabilidad –no pagues- lo que debes pagar.
¡Ya basta, carajo! Hay que cambiar, hay que cambiar para crecer, para mejor.
¡Sal de tu zona de confort!
Con libertad podríamos elegir una pensión sin la presión de la ley, esa ley que nos dijo hay que afiliarse a una AFP, si o si, porque el Estado no funciona, cuando lo que había que hacer es que el Estado funcione, nada más; pero no, no somos libres.
O de esa otra ley que liberalizó el empleo y puso en la calle a miles de compatriotas, dejando sin futuro a sus generaciones, empujando a usar sus liquidaciones en la compra de vehículos de segunda para hacer taxi, sin tener mas opción porque no hay industrias, no hay más empresas nacionales, por que se vendieron a “precio huevo” para favorecer a sus compradores, si a esos que ahora insultan por que se pide un cambio y se creen los ilustrados del ingenio, del mejor manejo de la economía y la creatividad. Nada más falso, también en el pueblo, en ese pueblo que han sojuzgado hay materia gris, y de la buena.
Para ellos ser libre en el Perú es hacer exactamente lo que no quieres hacer.
¡Sal de tu zona de confort! sal del sitio donde por unos centavos de más y de corto plazo, agachas la cabeza; exige tus derechos, y en vista de las circunstancias, la única forma viable, de momento y hasta que haya, vota, vota por un cambio real, vota para que se pueda botar a tanto corrupto, a tanto abusivo, a tanto manipulador, a tanta lacra vende patria.
¡Sal!, sal de tu zona de confort, después será tarde.
C. 08 de abril de 2016.