ENTRE EL AGUA Y EL DRENAJE

Por oportunidad o por necesidad el gobierno se encuentra en una singular posición, irrepetible, y quizás única; el atender el tema más importante que tiene entre manos, servir a su población. Para eso se le escogió.

Reconfigurar el rostro de las ciudades y modificar el de sus poblaciones significa invertir en ellas, echando mano a todos los recursos existentes y que, solamente, se encarga al gobernante de turno,  los recursos son de esas poblaciones, de todos, y no del gobernante, este, debe procurar que, esos recursos se inviertan bien, y el decir bien, solamente significa hacer una elección de inversión entre lo que beneficia a la población y se ejecuta como corresponde y lo que beneficia con largueza al corrupto ejecutor.

El gobierno debe crear condiciones para que los ciudadanos podamos desarrollarnos, condiciones para vivir con dignidad, y eso significa: trabajo, educación, salud, vivienda, etc., en suma, servicios que permitan producir nuevos recursos, fruto del propio esfuerzo de la población, si todo ello se hace con eficiencia, entonces diremos que la elección del encargado del gobierno fue acertada. No se eligen gobernantes para que se perennicen en la molicie y la opulencia, se eligen personas para servir.

De poco sirve la ayuda inmediata, o respuesta, en situaciones como las que son producto de eventos extremos de la naturaleza, eso es corto plazo y se acaba; si se acostumbra, genera vicios que conducen a la pobreza, irremediablemente.

Dotar de agua, sí, pero también de drenajes eficientes. Agua para usos que privilegien a la población y la agricultura, después lo demás. Si se ignora esta premisa se desdeña la vida misma.

Dotar de servicios de salud, sí, pero también de medios de salud con recursos eficientes y suficientes, que puedan ser empleados por todos en general y no servicios que sean el pretexto para que servidores públicos, como quienes están en el gobierno, tengan privilegios con seguros de salud privados que paga el Estado con el dinero de todos.

Dotar de educación, sí, pero que, en cada escuela, colegio o institución superior, estatales, se reúna calidad y satisfacción de los usuarios, con recursos suficientes para dar la mejor educación; lejos, muy lejos de aquellos lugares donde solamente se ve el lucro y el aprovechamiento privado o particular que nos avergüenza y  crea mas incompetencia.

Entre el agua y el drenaje significa también  ordenar las cosas y poner un equilibrio, sano y prudente, tolerante y de ejemplo que permita la convivencia entre seres humanos, iguales para las oportunidades de trabajo, iguales para la función y la remuneración, iguales para tener lo necesario en vivienda, vestido y servicios complementarios.

Entre el agua y el drenaje es la oportunidad esperada por todos y si hacemos las cosas bien, el resultado será mejor.

¿De quien depende?

De usted depende, señor gobierno, la población reclama esta oportunidad y no como ayuda, sino como retorno de lo que son sus recursos, sus intereses. Para eso se les eligió.

Deja un comentario