Julio de 2017, a un año del gobierno de PPK, la economía no ha mejorado sino que está sin que sus conductores -del gobierno- le pongan freno a la cuesta abajo en que se desenvuelve. Hace un año, en la Separata Especial de El Peruano, fechada 28 de agosto de 2016, el Consejo de Ministros de Pedro Pablo Kuczynski aprobaba las proyecciones macroeconómicas multianuales «oficiales», éstas sirvieron para la elaboración del Presupuesto del año 2017, y en ellas se tenia en perspectiva lo siguiente: «La economía peruana crecerá 4,0% en el 2016, límite superior del rango proyectado en el MMM, impulsada por una mayor producción minera (20,1%) y una política fiscal moderadamente expansiva, vía inversión pública (9,1%). Sin embargo, esta recuperación económica es aún muy inestable. La inversión privada, variable clave para asegurar un alto y sostenido crecimiento, viene cayendo por tres años consecutivos, mientras que el empleo formal se mantiene prácticamente estancado (las negritas son mías). Esto no permite reactivar el círculo virtuoso de mayor inversión-empleo-consumo que asegure la disponibilidad de la actual recuperación. A pesar de ello, las perspectivas de la inversión privada son alentadoras. Para el 2017, se espera una recuperación de 5,0% debido al rebote en la confianza empresarial registrado en lo que va del 2016 y a los anuncios de medidas de destrabe y de mejora del entorno de negocios que está llevando a cabo la presente administración. Un elemento muy importante a resaltar es que el rebote de la confianza empresarial que se ha visto en lo que va del año dista del deterioro registrado en otros países de la región. Así, de acuerdo a estimaciones propias, se calcula que el 85% del rebote reciente de la confianza empresarial se explica por factores locales, lo que puede apuntalar la inversión no minera ni petrolera, que representa el 78% de la inversión privada total».
Nada de ello a ocurrido, por el contrario, el deterioro de las condiciones económicas están a la vista, la inversión pública y privada paralizadas, el deterioro del empleo es brutal y si no hay empleo, no hay ingresos en los hogares, por tanto no hay consumo.
Como bien lo señala el economista Pedro Francke (Julio, 2017): «La cifras oficiales muestran que se han perdido 50 mil empleos solo en Lima, más de 30 mil en la industria. Pero otra encuesta del INEI, la Encuesta Nacional de Hogares dice que al primer trimestre de este año se perdieron más de 200 mil empleos. La causa directa de esta pérdida de empleos es que, en lo que va del 2017 (hasta mayo que son las últimas cifras oficiales), la agricultura ha retrocedido 3,9%, la industria no primaria 2,8% y la construcción 5,6%. Si no fuera por una abundante pesca, la suerte del año, el crecimiento del PBI estaría en cero. Cero redondo. Al mismo tiempo, en el primer semestre el gobierno ha perdido 2 mil millones de soles de recaudación tributaria. No es de extrañar, por eso, que los maestros y los médicos deban hacer largas huelgas para ver si es que logran una migajita de las promesas que PPK hizo en campaña: las rebajas tributarias, las exoneraciones y la elusión sinvergüenza de las grandes empresas, dejan al estado sin los recursos mínimos para operar».
¿Qué pasó? ¿Es acaso la arrogancia, desidia, incapacidad o cálculo político, lo que nos arrastra hacia abajo?
Como economistas y ciudadanos no podemos sustraernos de opinar respecto del pésimo manejo de nuestra economía, este manejo afecta fuertemente a nuestras poblaciones, en general a todos, y causa preocupación, lo dijimos una y otra vez y con motivo de enterarnos que se venía un recorte presupuestal para Cajamarca (léase https://valdemarperu.wordpress.com/2017/07/14/urgente-para-cajamarca-ppk-y-kfh-es-ahora-y-gracias-si-lo-hacen-posible/); es verdad que hemos sufrido el embate de El Niño Costero, pero ¿Qué se ha hecho hasta ahora? nada se sabe, y por otro lado los escándalos de: el Aeropuerto de Chinchero y de las obras relacionadas al grupo constructor (peruano y brasileño) liderado por Odebrecht (lavajato). Más aún, ahí están los resultados de la pésima gestión del destrabe y de los beneficios tributarios para los grupos de poder, ahí está la menor recaudación fiscal y la desafortunada y pésima gestión que nos arrastra.
A un año de gobierno, el gobierno de PPK no ha dado luces de manejo y sapiencia en la cosa pública y es necesario que haga caso a las voces que con razón le criticamos, hay que manejar este estrés económico y resolverlo, demorará algo y las poblaciones con menores recursos serán las más afectadas -nuevamente, no es novedad- hay que ponerle rostro humano a la economía, hay que usar estrategias que están a la mano y en lugar de recortar presupuestos a los gobiernos regionales y locales, hay que dotarlos de mas recursos y de instrumentos que les permitan un manejo liberado de las condiciones absurdas de imponerles plazos y reglas como si todo el Perú fuera Lima, recordemos que el Perú tiene diversidad de climas y que éstos imponen características que a veces dificultan cumplir las reglas que Lima impone.
Señores del gobierno, ejecutivo, legislativo y judicial, reflexionen, lo pueden hacer, el país necesita no solamente un golpe de inversión, necesita confianza, institucionalidad, moral y transparencia. Resuelvan de una vez por todas con asignar recursos para atender los temas de la educación, de la salud, de la infraestructura deficitaria, resuelvan ustedes dando señales de que no tienen compromisos con la corrupción, disponga que sus ministros se esfuercen por el país, que no pierdan la iniciativa ni la brújula, limpie su gobierno de elementos que sean el chicheñó, no los necesita; tienda puentes y,…caray, hagan política para los peruanos, para los de a pié.
Ojalá tengamos mejores fiestas patrias, en algún año.
25 de julio de 2017.