La calle está movida y no se equivoca

En momentos en que nuestro país transita en la incertidumbre, debido a la fragilidad institucional inducida por actores de las mas altas esferas institucionales del país, tramoyistas del Sistema Nacional de Justicia, que, lejos de activar poder e inteligencia para resolver los problemas nacionales han preferido buscar la consolidación de sus intereses económicos y partidarios, y cuando no, particulares; es preciso expresar algunas reflexiones que podrían ser de interés general.

Estas reflexiones no responden a mandato partidario ni interés personal alguno, muy por el contrario, solamente buscan procurar el bien de la nación y preferentemente, el que conduzca a atender a nuestros compatriotas con sed de justicia, compatriotas en mayor necesidad y urgencia para superar su estado de pobreza y que puedan encaminarse a un estado de equidad.

La calle no se equivoca, es inequívoca e inexorable.

Lo que el pueblo quiere ver realizado, lo clama en la calle hasta el hartazgo y retrasar lo que inminente llegará es sencillamente un despropósito. La calle está movida y hay que mirarla, escucharla, hacerle caso, es una encuesta innegable, que no se manipula, que está, que seguirá, hasta que cambien las cosas.

Hay en el ambiente un anhelo, una exigencia que no se puede canjear ni facipular, ya no, la gente, nuestra gente, está pendiente de todo y pide con desespero ser diferentes, es la gente que precisa estabilidad y confianza, exigencias atendibles y que no tardarán en llegar.

¡Entiendan ya! la calle está movida y esa energía está recargada por todas las generaciones, mayores, adultos y jóvenes exigen el cambio, exigen resultados fiables en contra de la corrupción, esa corrupción exhibida en audios y videos, esa que probada está y que ya no tiene recovecos donde esconderse.

Es tiempo de “re institucionalizar” integralmente el país y ello pasa por la necesidad de un gran acuerdo, de un pacto nacional, que permita, prioritariamente, una lucha implacable contra la corrupción, contra esa corrupción que contamina las instituciones y que peligrosamente las ha puesto en un nivel “metastásico” que, lamentablemente conduce a la muerte. Ésta reinstitucionalización ha de partir de ese gran pacto contra la corrupción, y ese pacto debe ser liderado comprometidamente por quien es la cabeza de la nación, por el primer mandatario y servidor de los peruanos.

Presidente, hacer una tarea tan grande e importante requiere la decisión del líder y de quienes, en su posición directiva honesta y consecuente, ejercen liderazgo en cada una de las instituciones del Perú. Los otros, los que están ahora, al parecer no tienen mayor interés, están comprometidos con sus clanes, deshágase de ellos, ponga gente honesta y con ganas de trabajar, tome este reto como algo personal y proyecte el reto, pasará a la historia, se lo aseguro. Es mucho pedir, dirán los pesimistas y quienes comen del estado de confort, no los escuche, mire al interior del país, profesionales honestos y con experiencia, hay, incluya, seleccione gente sin conflictos de interés, ¡hágalo ya!, el Perú lo agradecerá.

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