Por: Econ. Ms.Sc. Francisco Valdemar Chávez Alvarrán.
Si miramos la realidad que viven las poblaciones al interior de nuestro país, el Perú, podemos dar cuenta que, precisamente, existe una gran desigualdad producto de sistemas de redistribución de la riqueza ineficientes, cuando no antojadizos –beneficio a medida de la presión, social o de explotación de recursos- y que, a la larga generan brechas entre unos y otros del mismo país.
Investigaciones de OCDE, https://doi.org/10.1787/22258876, indican que el impacto que genera la desigualdad puede ser considerable. En los países miembros de la Organización se estima que el aumento promedio de la desigualdad de 3 puntos Gini (mide el grado de distribución de la desigualdad -entre ingresos y gastos-, fluctúa entre 0 y 1) en las últimas dos décadas redujo el PIB cerca de 8.5%. (Ojo a este dato). Si la población, producto de esa desigualdad, no puede invertir en la mejora de sus habilidades, educación por ejemplo, o mejores condiciones de vida; es una muy mala noticia para la economía. En el Perú, para 2017, la desigualdad en la distribución de ingresos alcanzó un valor de 0,43 y en el gasto 0,35. Nada alentadores.
No es suficiente mirar la evolución de la pobreza, es necesario profundizar en su causa raíz y verificar, lamentablemente que el ingreso producto de diversa fuente, impuestos, no ha sido distribuido adecuadamente, ni ejecutado y menos controlado con eficiencia.
Fuente: Informe Técnico: Evolución de la Pobreza Monetaria 2007-2017 INEI.
En este escenario, es fundamental hacer de la política fiscal redistributiva, un instrumento que contribuya fuertemente a lograr esa desigualdad, una forma es con asignación de recursos en donde más se necesita, Cajamarca por ejemplo, si apreciamos el mapa, un color resalta, desangrando de a pocos a su población, y esto no es justo. Cajamarca por mas de veinte años a dado al país ingentes recursos producto de la explotación minera, no es bueno para el país tener regiones manchadas en rojo, hay que ponerlas en azul.
Suscribimos que, “los sistemas de beneficios sociales tienden a ser menos redistributivos en la región de América Latina y el Caribe (ALC) respecto de países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)” así como que, es necesario que las transferencias en bienes y servicios (más hospitales para atender la salud, más carreteras como infraestructura de desarrollo, más escuelas públicas para la educación, sean más intensivas, eso mejorará la inequidad.
Sin transferencias suficientes, estaremos generando mayores brechas y por seguro alimentando aventuras de resentimiento social, justo e incomprendido por quienes gozan de buena salud y bienestar.
Mejorar el gasto público, es hacer inversiones enfocadas en necesidades prioritarias, esto se ha repetido hasta el cansancio, no se practica; los gobiernos regionales y locales deben especial atención en donde y como se ejecuta el gasto, alimentar que, a la par, inversiones privadas sean concurrentes a esa prioridad y que en ambos casos tengan un propósito, reducir la desigualdad y poner en vigor lo que realmente necesario, sirva.