HIPERECONÓMICOS

ECONOMÍA HUMANA

La pandemia ha generado mayor pobreza en el mundo, y si a esa terrible causa le añadimos los efectos causados por la guerra que sostienen Rusia y Ucrania, en un mundo globalizado y si a ese escenario agregamos la crisis política y social en la que se ha sumido al Perú entonces tenemos efectos devastadores para la población. En Cajamarca y otros departamentos del país la pobreza se ha acrecentado, los precios de los alimentos e insumos para labores cotidianas se han elevado o están escaseando. Mienten quienes sostienen lo contrario y peor aún quienes sesgadamente utilizan la especulación como fuente de riqueza.

Cuando la economía está en crisis, la gente tiende a hablar más de ella que cuando las circunstancias son buenas. La gente dice ¿cómo debemos ganarnos la vida? Pero también es cierto que en las últimas décadas la economía ha ido entrando en nuestras vidas, haya o no crisis. Ahora hay más actividad humana allí que en cualquier otro lugar. En estos días, la salud de la economía parece tener prioridad sobre todo lo demás. En pocas palabras, nos hemos vuelto hipereconómicos.

Hay varias razones para la omnipresencia de la economía. El primero es el modo actual de producción y consumo, que se basa en una expansión económica desenfrenada. Tiene que haber un crecimiento tanto cuantitativo (necesitamos producir más bienes y servicios y ver más ingresos y consumo) como cualitativo (extensión de la actividad económica a áreas como el tiempo libre, el cuidado de niños y ancianos, el deporte o la cultura).

Incluso en las actividades más comunes, como el trabajo asalariado, es evidente este exceso de mercantilización, esta supremacía comercial. Al priorizar el trabajo (en forma de búsqueda de ganancias económicas) en la medida en que dedicamos 10 o 12 horas al día a hacerlo, estamos asegurando nuestra propia seguridad financiera. Por lo tanto, si paso más de un tercio de mi tiempo trabajando, el dinero es el aspecto más importante de este mundo.

Por el contrario, muchas personas normales han estado «invirtiendo» desde hace un tiempo. Los inversores que apuntan a la clase media están comprando acciones, bonos y fondos mutuos en todo el mundo. Además, los inversores más ingenuos optan por invertir en futuros, opciones y otros instrumentos financieros complejos. Es decir, la participación en los «mercados» financieros se ha generalizado.

La propia internacionalización de la economía es otro contribuyente a su crecimiento. Dado que los eventos a cientos de kilómetros de distancia pueden tener un impacto en la economía doméstica, es lógico que nuestras preocupaciones y la necesidad de datos económicos aumenten en consecuencia. Debido a esto, leemos mucho sobre desarrollos económicos internacionales en las secciones de negocios de nuestras publicaciones, además de las nacionales. Dependemos de la economía durante todo el día, nos guste o no.

La necesidad de restablecer el equilibrio

Pero necesitamos redistribuir la economía de regreso al lugar que le corresponde en el centro de atención, como actor de apoyo. Necesitamos una economía más localizada que pueda atender mejor nuestras necesidades. Un sistema socioeconómico en el que lo social, en el sentido de vínculos interpersonales y grupales, está plenamente integrado en el marco económico.

Es necesario reajustar la escala de los esfuerzos humanos. Para crear un mundo mejor, necesitamos una economía que no consuma recursos que podrían usarse para el crecimiento real. Una economía que no nos obligue a elegir entre alimentar a nuestras familias y pagar nuestras cuentas, o entre cuidar a nuestros vecinos y educar a nuestros hijos. En pocas palabras, las personas y la sociedad deben anteponerse a la economía.

En términos económicos, el crecimiento disminuye y la inflación aumenta. En términos humanos, los ingresos de la gente disminuyen y las penurias aumentan.

¿Cuál es la prioridad para salir de la crisis?

La experiencia nos enseña que el conflicto es enemigo del desarrollo y de la prosperidad. El elevado costo de las manifestaciones con bloqueo de vías ha paralizado y continúa paralizando al país.

La inflación representa una amenaza para la estabilidad financiera y un impuesto para el ciudadano de a pie que lucha por llegar a fin de mes. En muchos países se ha transformado en un apremiante motivo de preocupación y existe un riesgo creciente de que las expectativas inflacionarias se desanclen, con lo cual la inflación podría arraigarse y ser más difícil de controlar.

Las economías emergentes y en desarrollo como las del Perú enfrentan también el riesgo de posibles efectos derivados del endurecimiento de la política monetaria en las economías avanzadas, manifestado no solo en el aumento de los costos de la deuda, sino también en el riesgo de salidas de capital.

Es pertinente entender que el éxito de una política no necesariamente debe verse desde el punto de vista del que se beneficia todo el tiempo, en todos los tiempos; sino de aquellos que han sido postergados todo el tiempo.

Concentrarse en resolver la crisis política y social pasa por atender la salud y aminorar la pérdida de vidas, si o si, un país con enfermos no será viable para efectos de la producción, por tanto si no se supera esta crisis primero, la segunda no funcionará. Es imperativo dotar al sistema de salud de recursos en toda dimensión. Quienes necesitan atención preventiva y reactiva no la tienen y tras penosa espera o empeoran o fallecen, el sistema de salud debe tener equipamiento de última tecnología, cuando menos en todas las capitales de departamento y stocks de medicinas que respondan a la prescripción médica y no al beneficio de cadenas de farmacias y boticas particulares. Eso es revolucionario

La crisis económica tiene matices que hay que atender, no sólo se trata de resolver macroeconomía y crecimiento (PBI) se trata de resolver la economía de la población o microeconomía, la economía de los hogares, ambas tienen que sintonizar, hasta ahora no lo hacen, sin pandemia y con pandemia, con guerra o sin guerra, con crisis política o no. Aplicar mayores impuestos a los que medran desde el poder fáctico, atender con recursos directos aquello que tiene que ver con devolución de dinero de aportantes, léase FONAVI y AFPs, reforzar la economía de los más vulnerables con bonos focalizados.

Fortalecer la inversión pública con proyectos descentralizados, de todo tamaño y nivel, para eso es absolutamente necesario romper ese falso paradigma que se tiene donde la corrupción manda, cuando lo pertinente es reforzar los controles y la supervisión que acompaña, habiendo previamente flexibilizando los procesos de contratación y exigencias inútiles, así se hicieron las obras de la Villa de los Panamericanos, con flexibilidad según el modelo del Reino Unido, se puede llegar a esa estandarización mientras se crea un modelo propio. Esto crea empleo.

En países con economías mas liberales se han establecido esquemas de mayor imposición a las grandes fortunas. Eso en razón de que son justamente los mas ricos los que menos pagan recurriendo a trucos para  reducir su facturación tributaria, en el Perú el Estado debe atender infinitud de demandas con escasos recursos, eso debe cambiar para  dotar más a los que menos tienen.

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