Escribe: Dr. Carlos Rosales Loredo, Vicerrector de Investigación de la UNC.
Cuando nos referimos al concepto “parque científico y tecnológico” acudimos a la instancia entendida como la herramienta que posibilita la generación de innovación y su concretización en emprendimiento, en una concatenación lógica y necesaria orientada a fortalecer la necesaria e imprescindible base económica, de cualquier modelo de desarrollo. Cabe resaltar que el origen de los parques científicos se sitúa en el conocido Silicon Valley que surge en los años 50 en California (EEUU), como consecuencia del gran desarrollo experimentado por las tecnologías de la información en la segunda mitad del siglo XX.
Pero, ¿por qué estas herramientas tecnológicas han sido claves en el impulso de los ámbitos desarrollados, incluso como estrategia del surgimiento de los países emergentes asiáticos, como Singapur, Corea del Sur, entre otros?. La respuesta la encontramos en el fundamento que explica la efectivización del desarrollo de cualquier territorio y está referida a que después de la Segunda Guerra Mundial, los países hoy desarrollados, encontraron que estableciendo una conexión efectiva entre la investigación y la gestión de gobierno se posibilitó que las decisiones sobre el derrotero de sus pueblos implicaron lograr más aciertos que errores y es allí que se tomó la decisión de impulsar ciencia y tecnología como elemento de soporte al aseguramiento del desarrollo.
Hoy, los parques científicos y tecnológicos posibilitan el flujo y concretización del conocimiento científico y tecnológico a través de la puesta en práctica de la fórmula I+D+i+e (investigación-desarrollo-innovación-emprendimiento), aspecto inherente al desarrollo actual de las capacidades de las instituciones de educación superior, las Universidades, lo que implica el gran compromiso de la institución universitaria como agente tutelar del desarrollo.
De otro lado, los parques científicos y tecnológicos son las estrategias más efectivas para posibilitar el encuentro altamente productivo entre ciencia y empresa, sobre todo que el funcionamiento de los parques requiere de la comprometida inversión privada, así como del soporte del aparato estatal. Lo mencionado anteriormente, nos apertura la oportunidad de reforzar que el éxito de los parques científicos y tecnológicos se asienta en la puesta en marcha del principio de asociatividad direccionada a la conjunción de capacidades inter institucionales, hoy entendida como la evidencia de practicidad del concepto “motor del desarrollo”, traducido en la teoría de “la cuádruple hélice”, donde cuatro elementos: gobierno, empresa, academia y sociedad civil, convergen en un objetivo común, contribuir al impulso del desarrollo.
Entonces, la hoja de ruta del desarrollo, está más que comprobada en cuanto a su funcionalidad efectiva para orientar el avance de los pueblos, por lo que, con particularidades necesarias a tomar en cuenta, la estrategia de implementar parques científicos y tecnológicos en el ámbito del territorio nacional y sobre todo regional, es una decisión acertada para el país, toda vez que el fortalecimiento de la base económica direccionada a la industrialización de las regiones, constituirá un soporte confiable del derrotero que los gobierno regionales actuales deben tener en cuenta.
Si bien es cierto, a través de la Ley N° 31680, para la región de Cajamarca se han creado dos parques científico tecnológicos, uno en Jaén y el segundo en la provincia de Cajamarca, siendo éste último encargado a la administración de la Universidad Nacional de Cajamarca, implica también la participación activa de las demás instituciones que conforman los otros elementos de la cuádruple hélice, para asegurar, desde la implementación hasta la sostenibilidad del funcionamiento de tales espacios de promoción económica alineada a las demanda de solución de los antiguos problemas de nuestra región.
Por lo tanto, la decisión de hacia dónde conducir el funcionamiento de los parques creados implica atender, de manera priorizada, los requerimientos identificados que tendrán que ser atendidos poniendo al servicio poblacional la ciencia, pero por sobre todo, la tecnología que se genere en la región, de la manera más objetiva y coherente. Finalmente, a través de los parques científicos y tecnológicos se podrá promover el emprendimiento como estrategia direccionada a impulsar el autoempleo, la industrialización tecnificada y la tecnología regional, como herramienta moderna de avance hacia la realización social de la población bajo el horizonte del desarrollo humano sostenible.
(Cajamarca, 14 de abril de 2023).
Por Dr. Carlos Manuel Rosales Loredo
Vicerrector de Investigación y Responsabilidad Social Universitaria
Universidad Nacional de Cajamarca