Feminismo en tiempos del internet “Ni una menos”

Internet supuso una revolución en cuanto a la comunicación y el feminismo no tardó en llegar con fuerza a esta red. Nunca antes en el mundo se había experimentado una comunicación global tan rápida como la experimentamos hoy, en tiempo real, y, debido a las peculiaridades de la explosión del feminismo en este contexto, ahora es posible decir con seguridad que estamos viviendo un momento de feminismo de alcance actual. Esta actualidad del feminismo se caracteriza principalmente por el uso masivo de las plataformas de redes sociales con el propósito de organizar, articular y propagar la idea de igualdad entre los sexos, es el resurgimiento del interés por el feminismo que comenzó alrededor de 2012, asociado al uso de plataformas de redes sociales, como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Tumblr. El avance de las tecnologías de la información y la comunicación sigue siendo el instrumento para cuestionar la misoginia, el sexismo, la LGBTfobia y diversos tipos de desigualdades y violencias de género. Es un hecho que el feminismo se ha apropiado con fuerza del entorno virtual, por lo que internet es fundamental para lo que está pasando hoy, pero no se trata solo de “ciberactivismo”. La popularización de internet tiene una influencia crucial en el despertar del nuevo feminismo, porque dio voz a otros grupos de mujeres que el movimiento feminista tradicional no supo aprovechar. Mujeres que viven en condiciones propias de países que tienen bajos indicadores socioeconómicos y de desarrollo humano, encuentran en internet la posibilidad de organizarse y hablar sobre el feminismo que se refiere y puede aplicarse a ellas. Llama la atención que algunas organizaciones feministas hasta el momento se centren en el contexto socioeconómico y político, básicamente. Por eso, el feminismo actual, que emerge en la era digital, es diferente a los feminismos que surgieron en el siglo XX.

De esta forma, el feminismo está intrínsecamente ligado a las demandas de las personas de las regiones del mundo, esas personas que nunca antes tuvieron el espacio para expresarse y ser escuchadas, pero en el internet encontraron este espacio. Este es el caso de las mujeres en los países latinoamericanos. En Internet, estas mujeres encontraron una oportunidad para articular su propia lucha contra la violencia de género, una violencia que se manifiesta de diferentes formas tanto en el ámbito público como en el privado. El eslogan “Ni Una Menos” es un gran ejemplo de este tipo de articulación. El marcador se dio luego de una tragedia ocurrida en Argentina en 2015, cuando la adolescente Chiara Páez, de 14 años, fue asesinada por su novio de 16 años, estaba embarazada y fue enterrada en el patio trasero de la casa de sus abuelos con la ayuda de sus padres país. El asesinato de Páez generó una gran conmoción y un grupo de periodistas y escritores comenzaron a manifestarse bajo la expresión “Ni Una Menos”. Este caso desencadenó una movilización sin precedentes en Argentina en la lucha contra la violencia contra las mujeres. El movimiento “Ni Una Menos” colocó los feminicidios en la agenda política de Argentina y, por primera vez, logró que el gobierno publicara estadísticas sobre este tipo de violencia, revelando que en el país una mujer era asesinada cada 30 horas, en promedio. Los “Ni Una Menos” volvieron a tomar las marchas en defensa de la vida de las mujeres, cuando al año siguiente (2016) también en Argentina, Lucía Pérez, de 16 años, fue drogada, violada brutalmente, empalada y muerta tras ser dejada en un hospital por dos hombres, de 41 y 23 años, acusados ​​del crimen. Este monstruoso crimen conmocionó a la población y provocó mucha indignación, convirtiendo a “Ni Una Menos” en una causa que trascendió las fronteras argentinas. Ya se han realizado manifestaciones basadas en la idea de “Ni Una Menos” en México, Perú, Chile, Ecuador y otros. Y no podía ser menos, según la ONU, América Latina es el lugar más peligroso del mundo para las mujeres fuera de una zona de guerra. Según datos del organismo internacional, 14 de los 25 países del mundo que tienen las tasas más altas de feminicidios están en América Latina y el Caribe. En la evaluación, el feminicidio y la violencia sexual se asocian a déficits de seguridad, impunidad generalizada y una cultura sexista que denigra a la población femenina.

Bibliografía fuente:

María Silva J

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