ECONOMIA PLACEBO, RECETAS DE SIEMPRE

Hagamos un ejercicio plano, pero comprensiblemente social y económico, en tanto es un clamor que está debidamente sustentado en la realidad estructural del país, en estudios de superficie y en opiniones  de algunos economistas, opinologos unos y preocupados otros. Mucho se ha graficado la pobreza, la falta de empleo, las múltiples necesidades de una sociedad excluida que reclama de mil maneras mayor atención; basta fijarse en frases, que van más allá de los números de cualquier estadística, pero que sirven para seguir gritando un sencillo mensaje, “Hagamos algo, para que el país gane”. Pero…¿Cómo?

Años de años escuchando titulares de aprovechados políticos y aprovechadores circunstanciales que, cual agoreros, gritan cada vez que les es posible:

“Inequidades afectan reducir la pobreza”, obvio,  el valor central para definir una desigualdad como inequidad es la justicia, de manera que la inequidad es una desigualdad considerada injusta.

“Menos pobreza con aumento de ingresos en la zona rural”, dar por sentado que la pobreza solo se ha instalado en la zona rural es una falacia, pobreza también hay en las zonas de desplazamiento urbano.

“Reducción de la desigualdad de ingresos”, suponemos que en ello va contemplado la discriminación por razones de raza, color, religión, sexo, orientación sexual, identidad de género o cualquier invento para explotar determinada condición.

“Estadística para las políticas públicas o privadas”, que son los números que menos se utilizan, aun cuando resultan en una herramienta poderosa para la toma de decisiones.

“Programas de estímulo”, eso sí, siempre y cuando sea para quienes tienen más pero necesitan menos (en teoría) ya que en la práctica son voraces de planes tipo Reactiva, con ministros de economía amigos.

“Subempleo aumenta, Empleo se redujo, Desempleados aumentaron”, Y claro, si a una pandemia de la salud con sus consecuencias colaterales, le sumas una guerra que absorbe globalización y un modelo que vende sin industrializar, dependencia de insumos y alimentos que hay que importar, porque primero está el consumo externo, en nombre del dinero, la consecuencia es crear hambrientos listos para seguir explotando.

“Inexistencia de infraestructura de desarrollo”, política al revés que significa tener cogido del cuello al que la necesita, para manipular su conciencia y de paso hacerle creer que se le hace un favor.

“Añadir valor a los recursos naturales”, si claro, pero ¿Dónde están las industrias, dónde lo que da valor? Una forma segura de prometer lo que no se ha de ver. Mas manipulación.

“Vías para acercarnos a los mercados”, entusiastamente hay que hacerlas, eso dinamiza superlativamente la economía, más si se trata de vías multimodales, terrestres, aérea, acuáticas.

“Aumentar el gasto social, frenar el descontento”, aunque obligatorio, la mirada debe centrarse en un enfoque compensatorio para determinados sectores de la población y es necesario hacerlo para que la gente no se muera ni de hambre ni de sed, es lo humano.

Hasta aquí unos pocos ejemplos de lo tanto por hacer, pero sincerando la información estadística que es como la información meteorológica, donde existe es, simplemente, cruda realidad que debe servir de insumo para construir las políticas públicas y privadas.

Decir que con los indicadores, medimos la pobreza, es una audacia, una persona que es pobre dos años seguidos, porque tiene en ese tiempo un poder adquisitivo por debajo de los dos dólares diarios, en el segundo año ya no es igual de pobre que en el primero; estar por debajo de la línea de la pobreza y permanecer en ese nivel es un deterioro lacerante, porque hay debilitamiento y desgaste. Tampoco se mide la profundidad de lo que sucede por debajo de las líneas de pobreza; es distinto estar un dos o cinco por ciento por debajo de esa línea que estarlo en un ochenta o  por ciento, se sigue hablando del mismo número de pobres, año tras año, cuando la situación de una buena parte de ellos se va agravando.

Los desafíos del desarrollo, para todos, siguen siendo esencialmente, los mismos de siempre: obtener un sano y sostenido proceso de crecimiento económico, que genere empleo productivo, que promueva una justa distribución de los frutos de ese crecimiento, con justicia social, que busque disminuir la brecha entre ricos y pobres y, en general, que eleve el nivel y la calidad de vida de la población, para ello es igualmente esencial que quienes son actores directos de la generación de un clima perfecto para ese desarrollo, trabajen en relación de paz contagiosa, alineados en un mismo sentido y sin jalarse el tapete por donde caminan; esa armonía hace falta en cantidad suficiente para curar al país, para eliminar placebos y tener recetas que funcionen, de otra forma es vivir en el engaño, abasteciendo la molicie y opulencia de quienes siempre han generado espacios de aprovechamiento propio, no general ni mucho menos dedicado a los pobres de siempre.

(03 de julio de 2023)

(*) Economista, Periodista según la ONU-DH, Maestría en Gestión de la Educación, y Especialidades en: Planeamiento Estratégico, Informática y Computación. Especialidad en Formulación y Evaluación de Proyectos de Inversión Pública y Privada. Gestión Especializada en Planes Maestros de Aeropuertos. Licencia en Conciliación Extrajudicial. Asesoría y Consultoría Empresarial en Empresas de Construcción y Consultoría. Especialidad en Formulación y Evaluación Económica de Proyectos de Afianzamiento Hídrico. Planificación Estratégica de Riesgo de Desastres. Past Director del Colegio de Economistas de Lima. Past Secretario Nacional de Asuntos Gremiales, Científicos y Académicos del Colegio de Economistas del Perú. Director de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad Nacional de Cajamarca.

https://foroeconomicoperu.com/   Consultas y aclaraciones: valdemarperu@gmail.com

Deja un comentario