La cuenca seca del Pacífico concentra el 1,8% de los recursos hídricos renovables del Perú; esto se basa en la disponibilidad anual de la cuenca de 37,4 km3 de agua. La mayor parte del agua de la zona costera proviene de los 53 ríos que se originan en los Andes y fluyen hacia el oeste, solo alrededor del treinta por ciento de estos ríos son perennes. La cantidad promedio de agua disponible cayó de 33 millones de m3 en 1984 a 20 millones de m3 en 2003 y 2004 y sigue disminuyendo, esta disminución ocurrió entre los años 1984 y 2000. La extracción de agua para fines agrícolas representa 14 millones de m3 (o el 80% del uso total de agua), mientras que el uso de agua para uso doméstico representa 2 millones de m3 (o el 12% del total).
La cuenca del Atlántico es responsable de unos 2000 km3 de precipitación anual y contiene el 97% del suministro total de agua dulce del mundo. Mientras que solo el 20% del agua se usa para fines residenciales, el 80% de toda el agua se usa en la agricultura. En la cuenca del lago Titicaca la mayor parte del agua utilizada se destina a usos agrícolas (66 %) mientras que solo el 30 % se utiliza para fines domésticos.
Según Vinelli Ruiz (2021), en la actualidad, el 64 % de la superficie agrícola del país carece de infraestructura de riego y sus cultivos solo dependen de la precipitación pluvial.
La disponibilidad hídrica del Perú es de 1 935 621 hm3, distribuida entre sus tres vertientes hídricas: Pacifico, Atlántico y Titicaca. Si bien nuestra oferta hídrica es superior a la de países vecinos del sur y el norte, la mayor parte se desperdicia por la baja capacidad de regulación que se atiende con la infraestructura actual.
Hoy nuestra capacidad de regulación es de 5 566 hm3 por año, en 77 grandes embalses que son equivalente apenas al 0.29 % de la oferta hídrica total. Esta cifra es muy baja si la comparamos con países como Chile (0.50 %), Ecuador (2.6 %) y México (47.5 %), según datos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) al 2013.
Como resultado de esta baja capacidad de regulación, el 97 % de los productores en la costa usa el riego en sus cultivos, según la Enagro 2018, una realidad muy distinta a la de otras partes del país. Solo el 40.2 % y 23.2 % de los pequeños y medianos productores de la sierra, respectivamente, usa el riego en sus cultivos. Lo mismo aplica para el 1.7 % y 1.2 % de los pequeños y medianos productores de la selva, respectivamente. El resto de los productores dependen de las lluvias.
Por otro lado, y según el Plan Nacional de Recursos Hídricos, la eficiencia del agua de riego es apenas del 35 %, es decir, existe un alto desperdicio de agua, debido, entre varias razones, a su deficiente aplicación a los predios y el mal estado de conservación de las redes de conducción y distribución. Más aún, solo el 12 % de los cultivos se riegan bajo sistemas de riego, mientras que el resto usa el riego por gravedad.
La estimación de la baja eficiencia se fundamentaría en la situación de la infraestructura de riego en el país, que ha sido definida en 55 237 kilómetros de canales evaluados, de los cuales solo el 15 % estaban revestidos. La modernización de los sistemas de riego requiere alcanzar la sostenibilidad financiera para el adecuado mantenimiento y la buena gestión de la infraestructura existente, según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
Ante esta baja capacidad de regulación, la productividad agrícola disminuye de forma considerable. Por eso, la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que la producción agrícola puede aumentar de forma considerable si existen métodos económicamente efectivos para almacenar agua antes de las etapas críticas del cultivo y aplicarla en periodos con escasez de lluvias, a fin de mejorar la producción de alimentos.
En Cajamarca, según la Autoridad Nacional del Agua (2011), en el documento denominado: Gestión Sostenible de los Recursos Hídricos para el Desarrollo de Cajamarca, se presenta data sobre la Disponibilidad de los Recursos Hídricos respecto de: producción, aprovechamiento, uso y destino. Tal información abre un panorama importante para la investigación científica, en tanto contar con evidencia para la toma de decisiones informadas y la gobernanza del territorio en torno a los recursos hídricos.
Fuente: Autoridad Nacional del Agua, Cajamarca.