Prudencia y esperanza en la economía

El crecimiento económico proyectado para este año se espera que sea muy lento. Según las predicciones oficiales se espera que el PBI crezca en un rango de entre 1% a un optimista 3% en 2024. Mientras que la creación de empleo está directamente relacionada con el crecimiento económico, específicamente con el aumento del PBI. Esto significa que a medida que el PBI aumenta, también lo hace el empleo, suponiendo que la estructura sectorial se mantenga constante. Este tema es de gran importancia para los ciudadanos que creen firmemente que hay una escasez de oportunidades laborales, por lo tanto una explicación concisa de la ocurrencia de este fenómeno tiene que ver con esbozar las acciones que el MEF pretende tomar en respuesta. En resumen, la actividad económica se a desacelerado. La economía peruana está experimentando un declive gradual y existe la posibilidad de persistir en una recesión, caracterizada por una contracción del PBI y la pérdida de empleos. Existen múltiples factores recesivos que frenan simultáneamente la economía peruana. El Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca que la economía mundial se ve obstaculizada por tres factores principales: Estados Unidos, Europa y China. Sin embargo, estos motores también se han desacelerado debido a diferentes razones. La combinación del aumento de las tasas de interés internacionales y la caída de producción que son importantes exportaciones del Perú crea una situación externa desafiante para el país. Dada la estrecha integración del Perú con la economía mundial, se está experimentando una disminución de las exportaciones y de las salidas de capital. Los demás factores recesivos son específicos de un área en particular. El contexto político muy conflictivo socava la confianza y disminuye el gasto privado, en particular en términos de inversión. Los aumentos inflacionarios erosionan el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que resulta en una disminución de sus ingresos reales. Esto, a su vez, conduce a una reducción del consumo familiar. Finalmente, tanto las políticas monetarias como las fiscales han contribuido eficazmente al objetivo de moderar la economía. A partir de la actuación del BCRP se ha manejado con sabiduría la tasa de interés de política monetaria con el fin de controlar de mejor manera la abundancia del crédito al sector privado. Esto se hace con el objetivo de reducir la tasa de inflación anual actual y volver a colocarla dentro del rango meta de 3% a 1% anual. El gasto no financiero del gobierno general ha experimentado una caída continua en términos reales, como se observa en el MEF. La reciente desaceleración de la actividad económica y la creación de empleo puede atribuirse a una combinación de fuerzas externas e internas.

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