Crear para cambiar es una nueva visión, crear para las ciencias y artes de Cajamarca constituye una apuesta futurista por reconfigurar la educación superior desde una perspectiva humanista, interdisciplinaria y territorial. En un contexto nacional marcado por la crisis de sentido en la universidad pública, este proyecto plantea un modelo que articula ciencia, arte, innovación y compromiso social. Lejos de replicar estructuras tradicionales, busca redefinir la universidad como espacio creador de cultura, conocimiento y transformación regional, donde la creatividad no sea un accesorio, sino el núcleo del desarrollo humano.
Educar para crear, un nuevo horizonte universitario
El sistema universitario peruano enfrenta una tensión histórica entre expansión cuantitativa y calidad formativa. La mayoría de las universidades se han concentrado en la acreditación y en la oferta de títulos, dejando de lado su misión esencial: formar ciudadanos capaces de pensar, crear y transformar su entorno.
En este escenario emerge la idea de una universidad para las ciencias y artes de Cajamarca, concebida como una respuesta a la necesidad de reconciliar el conocimiento con la sensibilidad, y el desarrollo con la cultura. Cajamarca, cuna de tradiciones artísticas, saberes ancestrales y pensamiento crítico, se convierte en el territorio ideal para incubar una universidad que entienda que crear es también gobernar, enseñar y habitar éticamente el mundo.
Como señala Morin (2011), “educar es preparar para enfrentar la incertidumbre y humanizar la inteligencia”. Esta nueva visión universitaria busca precisamente eso: educar para crear, es decir, imaginar soluciones, construir significados y generar esperanza en una región que exige un renacimiento intelectual y cultural.
Cajamarca: identidad, conocimiento y territorio
El desarrollo de Cajamarca ha estado históricamente condicionado por estructuras extractivas y centralistas. Su riqueza cultural y natural no se ha traducido en bienestar sostenido, porque no ha existido una institucionalidad capaz de transformar los recursos en conocimiento.
En este sentido, una universidad para las ciencias y artes de Cajamarca propone un modelo de desarrollo territorial basado en el talento humano. No se trata de formar profesionales para el mercado, sino intelectuales prácticos, artistas científicos y científicos sensibles, capaces de leer su entorno y generar innovación desde la identidad local.
Siguiendo a Sen (1999), el desarrollo auténtico consiste en expandir las libertades humanas. La universidad debe, entonces, liberar la capacidad creadora de su pueblo, integrando saberes tradicionales, tecnología contemporánea y visión global. En Cajamarca, la educación no puede ser un servicio: debe ser una forma de emancipación.
Innovación humanista: la intersección entre arte, ciencia y tecnología
El proyecto de una universidad para las ciencias y artes de Cajamarca parte de una premisa radical: la innovación no se mide solo en patentes o algoritmos, sino en la capacidad de unir sensibilidad, razón y propósito. En lugar de replicar modelos tecnológicos descontextualizados, promueve una innovación humanista, donde la ciencia y el arte dialogan para resolver problemas reales del territorio.
Ejes del modelo educativo innovador:
Ciencia aplicada con sentido ético: Investigación orientada al bien común y al desarrollo sostenible.
Arte como herramienta cognitiva: Creación estética como vía para explorar, interpretar y transformar el entorno.
Tecnología inclusiva y social: Uso de la inteligencia artificial, el diseño digital y la biotecnología para democratizar oportunidades.
Educación transdisciplinaria: Ecosistemas de aprendizaje donde convergen lo técnico, lo cultural y lo emocional.
Como advierte Nussbaum (2010), una educación sin arte ni ética produce técnicos obedientes pero ciudadanos sin juicio. Esta universidad busca precisamente lo contrario: crear pensadores críticos y creadores conscientes, capaces de imaginar un futuro distinto para Cajamarca y el Perú.
Universidad y economía creativa territorial
Una universidad para las ciencias y artes de Cajamarca no solo es una propuesta académica, sino un proyecto económico y cultural de largo alcance. En un territorio donde el arte y la producción cultural han sido históricamente subvalorados, esta visión convierte la educación en plataforma de desarrollo sostenible.
Sus impactos potenciales incluyen:
Emprendimientos culturales y tecnológicos, articulados a empresas de innovación y creación.
Reactivación del turismo educativo y patrimonial, vinculando arte, historia y sostenibilidad.
Red de laboratorios creativos y fab-labs (espacio de trabajo con máquinas y herramientas de fabricación digital, como impresoras 3D y cortadoras láser, que permite a las personas transformar ideas en prototipos físicos y productos tangibles), integrados a jóvenes innovadores rurales y urbanos.
Programas de extensión universitaria, que lleven ciencia, arte y tecnología a comunidades y escuelas públicas.
Desde la perspectiva de Drucker (1999), la universidad del futuro será la que transforme conocimiento en acción y cultura en valor. En ese sentido, esta propuesta aspira a ser una universidad productiva, que contribuya al crecimiento económico sin renunciar a su vocación humanista.
Gobernanza institucional y sostenibilidad
La materialización de esta visión exige una nueva gobernanza universitaria, orientada no solo a administrar recursos, sino a gestionar propósito. Una universidad para las ciencias y artes de Cajamarca deberá sustentarse sobre principios de autonomía creativa, meritocracia académica, transparencia y colaboración.
Su sostenibilidad dependerá de tres factores fundamentales:
Financiamiento mixto (público, privado y de cooperación internacional).
Gestión por resultados e impacto territorial.
Cultura institucional basada en la confianza y la innovación permanente.
De esta forma, Cajamarca podría convertirse en el referente de una universidad del siglo XXI, donde el arte y la ciencia sean motores de transformación social y no simples ramas del conocimiento.
El acto de crear como forma de existir
Educar para crear no es un lema, sino una filosofía de vida. Una universidad para las ciencias y artes de Cajamarca simboliza la posibilidad de un nuevo pacto educativo entre el conocimiento y la vida.
Si el siglo XX fue el de la expansión de la educación, el siglo XXI debe ser el de su reinvención humanista. Cajamarca puede ser el epicentro de ese renacimiento, donde enseñar sea un acto de creación y aprender, una forma de libertad.
Crear, en este sentido, es resistir a la inercia, construir sentido y afirmar la vida. La educación, cuando se vuelve creadora, deja de ser instrucción: se convierte en destino.
Referencias
Drucker, P. (1999). Innovation and Entrepreneurship. Harper Business.
Morin, E. (2011). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO.
Nussbaum, M. (2010). Not for Profit: Why Democracy Needs the Humanities. Princeton University Press.
Sen, A. (1999). Development as Freedom. Oxford University Press.
UNESCO. (2023). Informe Mundial sobre Educación Superior, Creatividad e Innovación Cultural. París: UNESCO.