La informalidad en el Perú, lejos de ser únicamente un problema estructural, constituye un vasto espacio de oportunidades económicas, tecnológicas y territoriales. Su magnitud – que abarca a más del 70 % de la población económicamente activa – exige repensar la estrategia nacional de desarrollo. Este análisis identifica los sectores de mayor impacto económico donde la informalidad puede transformarse en motor de innovación, productividad e inclusión. Desde una perspectiva de economía aplicada y territorial, se propone reinterpretar la informalidad no como ausencia de legalidad, sino como un ecosistema productivo subvalorado que requiere acompañamiento institucional, financiamiento inclusivo y transferencia tecnológica. A través de políticas públicas articuladas, digitalización y redes de asociatividad, la informalidad puede convertirse en una fuente estratégica de crecimiento sostenible, empleo digno y redistribución de oportunidades en todo el territorio nacional.
1. Contexto general de la informalidad en el Perú
1.1 Magnitud del fenómeno
La economía peruana presenta una de las tasas de informalidad laboral más altas de América Latina. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2024), la tasa de empleo informal en el período abril 2023–marzo 2024 alcanzó el 71,2 % del total de ocupados. Ello equivale a más de 12,3 millones de personas que laboran fuera del marco de la seguridad social y las regulaciones formales del trabajo (Comex Perú, 2024).
La informalidad no es un fenómeno nuevo. Desde mediados de la década de 2000, el país ha mantenido cifras persistentemente elevadas, que llegaron al 80 % en 2007 (INEI, 2008). Si bien la urbanización y el crecimiento económico han reducido parcialmente este porcentaje, el problema persiste, sobre todo en las regiones rurales, donde alcanza niveles de hasta 94,5 %, frente a un 65,6 % en las zonas urbanas (Comex Perú, 2024).
En términos estructurales, la informalidad representa la coexistencia de dos realidades: el sector informal, compuesto por unidades productivas no registradas, y el empleo informal dentro del sector formal, donde los trabajadores carecen de beneficios laborales o contratos regulares (INEI, 2024). Esta dualidad evidencia la profundidad del fenómeno y sus múltiples dimensiones.
1.2 Características económicas y sociales
El Instituto Peruano de Economía (IPE, 2023) sostiene que la productividad de un trabajador formal es más de seis veces superior a la de un trabajador informal. Esta brecha productiva refleja no solo diferencias tecnológicas, sino también de capital humano, acceso al crédito y uso de herramientas digitales.
Además, la informalidad laboral implica precariedad: ausencia de derechos laborales, falta de cobertura de salud, pensiones, vacaciones y estabilidad. Desde la perspectiva del desarrollo humano, ello contribuye a perpetuar la desigualdad y la vulnerabilidad social (IPE, 2023).
La informalidad también se vincula con la baja productividad total de los factores. Las microempresas informales tienden a operar con baja escala, tecnología obsoleta y sin acceso a programas de innovación o financiamiento. De este modo, se configura una trampa estructural de baja productividad y alta dependencia del autoempleo (Banco Mundial, 2023).
1.3 Por qué la informalidad sigue siendo relevante
A nivel macroeconómico, la informalidad limita la recaudación tributaria y restringe la capacidad del Estado para invertir en infraestructura, educación y salud (Banco Central de Reserva del Perú [BCRP], 2024). Pero también representa una reserva de crecimiento: si parte de esa masa laboral se integra a circuitos formales mediante innovación, productividad y asociatividad, se amplía la base productiva del país y se dinamiza la economía regional.
Desde una perspectiva territorial, la informalidad se concentra en regiones con menor conectividad y acceso a mercados. En Cajamarca, Puno, Ayacucho y Huancavelica, más del 80 % de la población económicamente activa trabaja en condiciones informales (INEI, 2024). Ello revela que la informalidad no es solo laboral, sino territorial: un síntoma de la desigualdad estructural del desarrollo peruano.
2. Oportunidades en el universo de la informalidad
La informalidad peruana, aunque estructuralmente problemática, alberga un potencial productivo y humano de enorme valor. Su transformación en un ecosistema de innovación y formalización depende de identificar, fortalecer y acompañar las oportunidades que emergen en las distintas dimensiones económicas, tecnológicas y territoriales.
Las oportunidades pueden agruparse en cuatro ámbitos principales: modernización y productividad, innovación tecnológica y financiera, desarrollo territorial y cohesión social. Cada uno de estos ámbitos representa una vía de formalización progresiva basada en el aprovechamiento de capacidades existentes.
2.1 Oportunidades de modernización y productividad
El principal espacio de oportunidad reside en la brecha de productividad. Dado que un trabajador formal produce más de seis veces lo que genera uno informal (IPE, 2023), el cierre parcial de esa brecha implica un potencial de crecimiento enorme.
La formalización, entendida no como obligación legal sino como mejora de capacidades, permite a los trabajadores y microempresas acceder a herramientas de gestión, crédito, capacitación y tecnología. Programas de innovación productiva y de digitalización pueden multiplicar la eficiencia de los pequeños emprendimientos informales (Banco Mundial, 2023).
Asimismo, los incentivos a la asociatividad, la capacitación técnica y la gestión empresarial constituyen rutas eficaces para elevar la productividad del trabajo informal. La formalización debe verse como una oportunidad de escalar, acceder a nuevos mercados y mejorar los ingresos. En este contexto, las universidades y los centros de innovación cumplen un rol central en la transferencia tecnológica y la formación para la productividad (Ministerio de la Producción, 2024).
2.2 Oportunidades tecnológicas y financieras
La digitalización ha generado condiciones inéditas para incorporar a los actores informales a los circuitos financieros y comerciales formales. Según el Instituto Peruano de Economía (2023), el número de usuarios de billeteras digitales en el Perú supera los 14 millones, lo que constituye una base sólida para la formalización financiera y tributaria.
La expansión del comercio electrónico, las plataformas logísticas y las aplicaciones móviles de servicios permiten que microempresas informales amplíen su alcance de mercado, incrementen volumen y mejoren sus ingresos (BCRP, 2024). Este proceso contribuye a crear un ecosistema donde las microempresas informales puedan convertirse en microempresas digitales formales.
La adopción de tecnologías de inteligencia artificial, big data y blockchain (tecnología de registro distribuido que permite almacenar información de forma segura, transparente, trazable e inmutable. Su estructura se basa en bloques de datos enlazados entre sí mediante algoritmos criptográficos, lo que garantiza que una vez registrada, la información no pueda ser alterada sin que toda la red lo detecte) en los procesos de comercialización y trazabilidad de productos puede brindar transparencia y confianza al mercado. Estas herramientas son clave para formalizar sin burocratizar, permitiendo la existencia de microempresas formalizadas ligeras, eficientes y competitivas (Ministerio de Economía y Finanzas, 2024).
Para los emprendimientos rurales y urbanos, el acceso a crédito digital mediante sistemas alternativos de evaluación (historial de ventas, pagos en línea, reputación digital) constituye un mecanismo transformador. La inclusión financiera digital puede ser la vía más rápida y eficaz para reducir la informalidad y promover la formalización voluntaria.
2.3 Oportunidades territoriales y de desarrollo local
La informalidad es más alta en regiones con menor infraestructura y menor conectividad. Por tanto, la intervención territorial se convierte en una oportunidad estratégica. El desarrollo local basado en la formalización productiva puede ser una alternativa sostenible ante la reducción de fondos del canon minero y la escasa inversión privada descentralizada (Chacaltana, 2022).
Los gobiernos regionales y locales pueden impulsar programas de “formalización productiva territorial”, articulando a microempresarios, universidades y entidades de financiamiento. En el caso de Cajamarca, la vinculación de productores agropecuarios, artesanos, comerciantes y prestadores de servicios con la Universidad Nacional de Cajamarca representa un modelo replicable de innovación territorial (Chávez Alvarrán, 2024).
El enfoque territorial de formalización permite pasar del asistencialismo a la productividad. La incorporación de tecnologías, buenas prácticas, capacitación técnica y microcréditos orientados a la competitividad pueden transformar la estructura productiva regional. El territorio deja de ser receptor de programas sociales para convertirse en un nodo de creación de valor local.
2.4 Oportunidades de inclusión social y empleo de calidad
La formalización laboral amplía la cobertura de derechos sociales y la estabilidad económica de los trabajadores. La inclusión de millones de informales al sistema de seguridad social, pensiones y salud es una condición indispensable para la cohesión social y el desarrollo humano (Organización Internacional del Trabajo [OIT], 2023).
La transformación de la informalidad en empleo formal implica diseñar nuevas formas de organización laboral: cooperativas, asociaciones, microempresas de servicios y modelos de trabajo híbrido que combinen flexibilidad con protección. Ello es fundamental para los jóvenes, las mujeres y los trabajadores rurales que actualmente operan fuera del sistema formal (OIT, 2023).
La formalización también tiene un impacto en el consumo y la demanda interna. Al mejorar los ingresos y la seguridad económica, se fortalece el mercado interno, se amplía la base tributaria y se estimula la inversión privada local (BCRP, 2024). En este sentido, la formalización no debe verse solo como política laboral, sino como política de crecimiento económico inclusivo.
3. Sectores de mayor impacto económico y oportunidades específicas
El impacto de la informalidad varía según la estructura productiva del país. Sin embargo, algunos sectores concentran tanto el mayor número de trabajadores informales como las mayores posibilidades de transformación económica. Estos sectores representan nichos estratégicos donde la formalización puede generar crecimiento, empleo decente e innovación territorial.
3.1 Comercio y servicios ambulantes
El comercio informal urbano constituye uno de los sectores más visibles de la economía informal. Las ventas ambulantes, ferias, mercados no regulados y microtiendas representan millones de empleos, especialmente en Lima, Arequipa, Piura y Cajamarca (INEI, 2024).
Oportunidades principales:
Formalización progresiva: la creación de licencias simplificadas, espacios regulados y programas municipales de inclusión comercial permite reducir la conflictividad y generar ingresos tributarios locales (Ministerio de Economía y Finanzas, 2024).
Digitalización del microcomercio: el uso de pagos electrónicos, plataformas de ventas y billeteras digitales permite a los microvendedores registrar sus operaciones y acceder a microcréditos.
Asociatividad y capacitación: la formación en marketing, calidad de productos y atención al cliente fortalece la competitividad del sector.
Economía de servicios: mediante la organización cooperativa o micro franquicias, los trabajadores ambulantes pueden integrarse a cadenas de valor formales, especialmente en distribución minorista y delivery urbano.
El comercio informal, adecuadamente gestionado, puede convertirse en el primer escalón de la economía formal, generando empleo y emprendimiento con bajo costo de entrada.
3.2 Sector agropecuario y agroindustrial
El sector agropecuario concentra la mayor proporción de empleo informal en el país, especialmente en las regiones altoandinas y amazónicas. Más del 90 % de los trabajadores rurales laboran fuera de la formalidad (INEI, 2024).
Oportunidades clave:
Integración en cadenas de valor: la formalización de pequeños productores permite su inclusión en cooperativas, asociaciones y programas de exportación.
Agroindustrialización local: la instalación de microplantas de transformación (café, cacao, frutas, lácteos) agrega valor al producto primario, incrementando los ingresos locales (Chacaltana, 2022).
Innovación tecnológica: la adopción de tecnologías de riego eficiente, trazabilidad y biotecnología incrementa la productividad y facilita la certificación de calidad (Chávez Alvarrán, 2024).
Economía circular: los subproductos agrícolas pueden transformarse en biogás, compost o insumos industriales, reduciendo costos y contaminación.
El enfoque agroindustrial local, con acompañamiento técnico y financiero, puede transformar la informalidad rural en emprendimiento sostenible, generando autonomía económica y resiliencia territorial.
3.3 Construcción y transporte informal
Los sectores de construcción y transporte concentran una proporción significativa del empleo informal urbano. La autoconstrucción, el transporte informal y los servicios de movilidad no regulada son fuente de ingresos para miles de familias (BCRP, 2024).
Oportunidades principales:
Formalización de microcontratistas: programas de registro simplificado, seguros laborales y capacitación en seguridad pueden profesionalizar el sector (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, 2024).
Plataformas digitales de servicios: crear aplicaciones locales que conecten usuarios con trabajadores calificados formalizados (albañiles, electricistas, transportistas) permite reputación, trazabilidad y pago formal.
Economía verde en construcción: promover el reciclaje de materiales, el uso de tecnologías eficientes y la gestión ambiental responsable impulsa nuevas oportunidades de negocio formal.
Formación técnica dual: las alianzas entre institutos técnicos y gobiernos locales pueden certificar competencias laborales, transformando la experiencia empírica en formación acreditada.
La formalización en construcción y transporte tiene un efecto multiplicador en empleo, seguridad y recaudación tributaria.
3.4 Minería artesanal y de pequeña escala (MAPE)
La minería artesanal e informal representa una de las mayores fuentes de ingresos informales en regiones como Cajamarca, Madre de Dios y Puno. Aunque aporta significativamente al sustento local, sus efectos ambientales y fiscales son críticos (Ministerio de Energía y Minas, 2023).
Oportunidades clave:
Formalización ambientalmente responsable: promover asociaciones mineras formalizadas con certificaciones ambientales y trazabilidad del oro o minerales.
Tecnología y eficiencia: el uso de maquinaria limpia, recuperación de relaves y reducción del mercurio pueden mejorar productividad y sostenibilidad.
Valor agregado: fomentar pequeñas fundiciones, joyería artesanal y cadenas logísticas locales formalizadas (Chávez Alvarrán, 2024).
Inclusión financiera: la apertura de líneas de crédito formal para asociaciones mineras responsables puede transformar la economía extractiva informal en emprendimiento formal sostenible.
El desafío de la MAPE puede convertirse en una oportunidad de desarrollo local si se combina regulación, incentivos e innovación tecnológica.
4. Desafíos estructurales de la formalización
Las oportunidades de formalización se enfrentan a una serie de obstáculos estructurales que explican la persistencia del fenómeno. Estos desafíos deben ser entendidos no como barreras estáticas, sino como problemas de diseño institucional que pueden ser abordados mediante innovación pública, cooperación territorial y tecnologías emergentes.
4.1 Costos de formalización y barreras regulatorias
El marco legal y tributario peruano continúa siendo percibido como complejo y costoso. Los costos no salariales, como aportes a la seguridad social, CTS o impuestos empresariales, representan hasta el 70 % del salario promedio, lo cual desalienta la formalización de las microempresas (Instituto Peruano de Economía [IPE], 2023).
La burocracia y la falta de articulación entre instituciones agravan este problema. La multiplicidad de licencias, registros y requisitos genera una sobrecarga que, en la práctica, expulsa a los pequeños productores hacia la informalidad. Reducir la complejidad administrativa mediante plataformas únicas, ventanillas digitales y regímenes tributarios simplificados resulta indispensable (Ministerio de Economía y Finanzas, 2024).
4.2 Baja productividad estructural
La informalidad se perpetúa en un entorno de baja productividad total de los factores. La falta de innovación tecnológica, la escasa inversión en capital humano y el limitado acceso a crédito hacen que las microempresas operen en niveles de subsistencia (Banco Mundial, 2023).
Esta trampa de baja productividad impide la acumulación de capital y la mejora de ingresos, reforzando el círculo vicioso de la informalidad. Por ello, la formalización debe acompañarse de políticas de desarrollo productivo, financiamiento y formación técnica permanente (Organización Internacional del Trabajo, 2023).
4.3 Fragmentación y ausencia de asociatividad
El tejido informal peruano está compuesto por millones de microemprendimientos individuales que carecen de redes de colaboración. Esta fragmentación limita su capacidad de negociación, compra de insumos, acceso a mercados y financiamiento. La falta de asociatividad es uno de los principales factores que reduce la competitividad de la economía informal (Chacaltana, 2022).
Promover modelos cooperativos, consorcios productivos y redes empresariales de base territorial permite escalar la productividad y reducir costos. La asociatividad, además, facilita la transferencia de tecnología, la innovación colectiva y la formalización compartida.
4.4 Déficit de financiamiento y capacitación
El acceso al crédito sigue siendo uno de los mayores retos para el sector informal. La ausencia de historial crediticio y garantías reales excluye a millones de emprendedores del sistema financiero formal. A ello se suma la falta de capacitación en gestión empresarial y tecnología digital (BCRP, 2024).
Las soluciones digitales basadas en microfinanzas, evaluación alternativa de riesgo y plataformas fintech pueden revertir esta exclusión. En paralelo, los programas de formación técnica continua, impulsados desde universidades y gobiernos locales, deben adaptarse a las necesidades del microemprendedor informal.
4.5 Factores culturales y resistencia al cambio
La informalidad no solo es económica: también es cultural. Muchos trabajadores valoran la autonomía y flexibilidad que ofrece el autoempleo informal. Por ello, cualquier política de formalización debe reconocer la dimensión sociocultural del trabajo y promover incentivos visibles de beneficio: seguridad, estabilidad, acceso a salud y oportunidades de crecimiento (OIT, 2023).
El éxito de la formalización depende tanto de las instituciones como de la confianza ciudadana en ellas. En ese sentido, la transparencia, la simplificación y la educación cívica son condiciones fundamentales para transformar actitudes frente a la formalidad.
5. Visión de futuro: la informalidad como espacio de innovación y desarrollo
Desde una perspectiva económica y territorial, la informalidad puede dejar de ser una debilidad estructural para convertirse en un laboratorio de innovación y desarrollo inclusivo. El objetivo no es eliminar la informalidad de manera coercitiva, sino formalizar las oportunidades, integrando a los trabajadores informales a la economía productiva mediante herramientas de tecnología, educación y gobernanza local.
5.1 Enfoque estratégico
La formalización debe concebirse como una estrategia de desarrollo nacional, articulada en tres niveles:
Económico – productivo: aumentar la productividad, digitalizar microempresas, fortalecer capacidades empresariales y promover la innovación.
Territorial: descentralizar la política económica, reconocer las especificidades regionales y vincular formalización con desarrollo local.
Social: garantizar protección social, equidad de género, empleo digno y cohesión comunitaria.
Este enfoque integrado permitiría reducir la informalidad nacional a menos del 60 % en una década, generando al mismo tiempo una base tributaria sólida y un tejido productivo competitivo (Banco Central de Reserva del Perú, 2024).
5.2 Líneas estratégicas para la implementación
Diagnóstico y mapeo territorial de la informalidad:
Elaborar catastros regionales que identifiquen los sectores y actores informales más dinámicos, sus necesidades tecnológicas y su potencial de formalización (INEI, 2024).
Simplificación normativa y formalización progresiva:
Crear regímenes de transición con cargas tributarias reducidas, licencias automáticas y sistemas digitales de registro (MEF, 2024).
Digitalización e inclusión financiera:
Fomentar el uso de billeteras electrónicas, plataformas de facturación y microcréditos digitales para fortalecer la trazabilidad económica (IPE, 2023).
Formación y certificación técnica:
Implementar programas de formación dual y certificación por competencias, articulados con universidades y centros de innovación (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, 2024).
Asociatividad y redes de cooperación:
Incentivar la creación de cooperativas y asociaciones empresariales locales que promuevan economías de escala y acceso a mercados (Chacaltana, 2022).
Innovación y tecnología para la microempresa:
Desarrollar aplicaciones y servicios digitales accesibles que mejoren la gestión, contabilidad y comercialización de los emprendimientos (Ministerio de la Producción, 2024).
Gobernanza territorial:
Integrar la formalización productiva en los planes de desarrollo regional, en coordinación con gobiernos locales, universidades y el sector privado (Chávez Alvarrán, 2024).
6. Recomendaciones finales para Cajamarca, el Perú y América Latina
La formalización de la economía informal debe concebirse como una política de Estado y, al mismo tiempo, como una estrategia de desarrollo territorial basada en innovación, inclusión y sostenibilidad. En este marco, se proponen las siguientes recomendaciones:
6.1 Recomendaciones para Cajamarca
Mapeo integral del ecosistema informal
Elaborar un diagnóstico provincial y regional de las principales actividades informales – agropecuarias, comerciales, mineras y de servicios – para identificar su potencial de formalización productiva.
Programas de formalización productiva territorial
Diseñar e implementar programas coordinados entre la Universidad Nacional de Cajamarca, el Gobierno Regional y los municipios, enfocados en capacitación, financiamiento y tecnología para microempresas.
Banco de Problemas del Territorio
Integrar la informalidad como línea de investigación e intervención prioritaria del Banco de Problemas del Territorio, promoviendo soluciones desde la innovación local y el conocimiento aplicado.
Plataformas digitales locales
Crear plataformas de comercio electrónico, trazabilidad y promoción de productos locales que faciliten la formalización a través de la digitalización y la reputación digital.
Formalización de la minería artesanal
Implementar programas de formalización minera con enfoque ambiental y social, promoviendo la certificación de buenas prácticas, tecnologías limpias y valor agregado.
Alianzas universidad-empresa-Estado
Fortalecer el rol de la UNC como centro de innovación y transferencia tecnológica y articulador de proyectos de innovación con impacto económico y social en la región.
6.2 Recomendaciones para el Perú
Reforma integral del marco de formalización
Rediseñar el sistema tributario y laboral para incluir regímenes progresivos que acompañen el crecimiento de las microempresas, evitando la penalización de la formalización.
Política nacional de digitalización de la microempresa
Ampliar la cobertura de programas de transformación digital y pagos electrónicos, priorizando zonas rurales y urbanas marginales.
Educación para la productividad
Incorporar en el sistema educativo contenidos de emprendimiento, gestión y economía digital desde la educación básica y técnica.
Innovación financiera inclusiva
Impulsar las fintech y la banca digital comunitaria para integrar a los trabajadores informales al sistema financiero formal, reduciendo costos y trámites.
Formalización como pilar de la descentralización
Integrar la formalización productiva en los planes regionales de desarrollo económico, fortaleciendo capacidades locales y autonomía fiscal.
6.3 Recomendaciones para América Latina
Intercambio regional de buenas prácticas
Crear una red latinoamericana de innovación y formalización productiva que comparta experiencias exitosas entre países con altos índices de informalidad.
Estrategias de formalización basadas en evidencia
Promover políticas públicas sustentadas en datos, evaluaciones de impacto y modelos predictivos que orienten recursos a sectores con mayor potencial.
Agenda de innovación inclusiva
Establecer programas regionales de apoyo a la economía popular y solidaria, integrando inteligencia artificial, biotecnología y transformación digital para el desarrollo local.
Gobernanza colaborativa
Impulsar alianzas público–privadas y académicas que conviertan la formalización en una política articulada de desarrollo sostenible y equidad social.
Conclusión general
La informalidad no debe ser vista como un fracaso del Estado ni como una anomalía económica, sino como el reflejo de un sistema productivo incompleto y desigual. En su interior habita la reserva más grande de creatividad, resiliencia y emprendimiento del país.
Formalizar las oportunidades significa reconocer ese potencial y dotarlo de herramientas, tecnologías y confianza institucional para prosperar.
El desafío no es “erradicar la informalidad”, sino integrarla al desarrollo, transformando la precariedad en productividad, la marginalidad en innovación y la exclusión en dignidad.
Cajamarca y el Perú pueden liderar una nueva etapa de desarrollo sostenible si convierten la informalidad en motor de formalización, tecnología y justicia económica.
Referencias
Banco Central de Reserva del Perú. (2024). Informe de inflación: Panorama económico nacional. BCRP.
Banco Mundial. (2023). Productividad y crecimiento en América Latina: desafíos estructurales para la formalización laboral. Washington D.C.: Banco Mundial.
Chacaltana, J. (2022). La economía informal y la transformación productiva en el Perú. Organización Internacional del Trabajo.
Chávez Alvarrán, F. V. (2024). Innovación territorial y formalización productiva en el contexto de la descentralización peruana. Universidad Nacional de Cajamarca.
Comex Perú. (2024). Informe sobre mercado laboral e informalidad en el Perú. Comex Perú.
Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2008). Empleo e informalidad laboral en el Perú: Serie histórica 2000–2007. INEI.
Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2024). Empleo informal en el Perú: Trimestre móvil abril 2023–marzo 2024. INEI.
Instituto Peruano de Economía. (2023). El impacto de la informalidad laboral en la productividad y el crecimiento del Perú. IPE.
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Organización Internacional del Trabajo. (2023). Informe mundial sobre trabajo decente e informalidad laboral. OIT.