¿Estamos preparados para un futuro en crisis o debemos mejorar mecanismos de competitividad y generar empleo? Cueste lo que cueste…

Urge desarrollar infraestructura terrestre, también portuaria y aérea

Perúel pais gana.

Cada departamento, región o municipio en nuestro país, puede fácilmente hacer un inventario vial a efectos de contar con cifras reales y válidas de lo que realmente tiene y cuanto le falta, de que calidad son sus vías y si estas son adecuadas a la demanda del transporte.

Sin embargo, si recurrimos a la información oficial, los inventarios denotan grandes desigualdades en cantidad y calidad de la vialidad entre regiones, las deficiencias de la red vial en zonas de sierra y selva son abrumadoras, los tiempos de viaje se han alargado con el consiguiente malestar y perjuicio; y esto hay que atender sin mayor demora.

En los países desarrollados el porcentaje de vías convenientemente diseñadas y asfaltadas es aproximadamente del orden del 75%, mientras que en nuestro país este porcentaje estaría bordeando aproximadamente el 12%, y se insiste en tener carreteras a nivel de afirmado aún a sabiendas que su deterioro es inminente en corto plazo.

Este escenario genera un serio problema al transporte en general, los tiempos de viaje se incrementan frente a vías que se encuentran deterioradas y sin mantenimiento y eso sube el costo de operación de unidades de pasajeros y de carga –de ello se aprovechan operadores aéreos que no encuentran competencia en el transporte y cobran precios prohibitivos en sus pasajes- y todo este sobrecosto se traslada al usuario.

Las diferencias de costos del transporte para una carretera asfaltada frente una afirmada o una trocha carrozable son interesantes y afectan seriamente el traslado de usuarios y bienes

Tomando en cuenta los resultados de un estudio de la Universidad del Pacífico, en la costa (entre 0 y 1,000 metros sobre el nivel del mar) los costos de transportes de carga pueden aumentar hasta en 58% si es que la vía es sólo afirmada y en 115% cuando el camino es de trocha.

En un nivel intermedio (entre 1,000 a 2,500 metros sobre el nivel del mar (msnm), este costo aumenta en 110% para caminos afirmados y 190% en trochas.

Para alturas superiores a los 2,500 msnm, el flete se incrementa en 80% en carreteras afirmadas y en 290% en trochas.

Así, en la costa el costo por kilómetro recorrido para un camión con capacidad de 19 a 30 toneladas puede aumentar de US$0.87 a US$1.37 al pasar de asfaltado a afirmado y hasta US$1.87 si se entra a un camino de trocha. En la sierra estos costos se incrementan a US$3.83 para tramos afirmados y US$5.4 en trochas (US$ / KM.).

El 80% de la carga de transporte en el Perú se efectúa por vía terrestre, por lo que es indispensable mantener en buen estado las carreteras del país, tanto en redes longitudinales como a nivel de caminos rurales y vecinales.

Un estudio del Instituto Peruano de Economía estimó que las necesidades de inversión en carreteras para el Perú ascienden a alrededor de US$7,684 millones. Fuente: MTC Pro inversión

¿Que hacer?

Las poblaciones con infraestructura vial deficiente, algunas principales  ciudades de cada departamento, no se encuentran integradas debidamente, este problema también se refleja en algunos centros de producción importantes que adolecen de interconexión vial lo cual genera múltiples inconvenientes para la producción, comercialización y abastecimiento.

La deficiencia en infraestructura vial no sólo se traduce en falta de vías de comunicación sino también en el deterioro en que se encuentra la red vial existente, por falta de conservación y mantenimiento; agregando que en algunos casos el diseño de las vías y de sus elementos así como su ejecución han sido efectuados deficientemente, sin adecuarse a nuevas características propias de los vehículos de transporte y a los climas de la región, por lo que su vida útil es muy corta, y como hecho lamentable podemos agregar que la permitida subcontratación de obras de este tipo, en las que el postor ganador no ejecuta directamente la obra, trae como consecuencia que la calidad y la cantidad de obra sea menor a la meta inicialmente programada, en perjuicio de la población, del estado y de cada región.

Si ese es el estado de las carreteras, hablar de medios alternativos como puertos y aeropuertos, es más trágico aún.

Vemos con preocupación que no existe una relación bi-modal del transporte, aéreo-terrestre, portuario-terrestre, por la falta de condiciones, por la precariedad de nuestra infraestructura, misma que limita el desarrollo de nuestras regiones.

Un factor a tener en cuenta, para la realización de cualquier programa o proyecto de infraestructura es la existencia de una burocracia lenta y desmotivada, sin actualización y sobre todo con claras señas de actuar en corrupción ya que además de ralentizar cualquier proceso actúa con tal despropósito como si el resultado que se busca fuera solamente justificar gasto sin buscar calidad y durabilidad de obra.

Ejemplos de ello hay a montones en cada región y sino ¿Cómo se podría explicar la programación de obras con serias deficiencias en sus expedientes técnicos? ello motiva la devolución de estos para ser corregidos, con el consiguiente retraso y mayores costos. O ¿Cómo explicar que las obras una vez adjudicadas tengan que iniciarse justamente cuando se avecina la temporada de lluvias?, lo que a la larga generará paralizaciones, mayores gastos generales, cuando no justificaciones de realización de partidas que “el agua se las llevó”. O ¿Cómo explicar la transferencia de dineros para la ejecución de obras “Por Convenio” con entidades carentes de capacidad técnica y operativa? Lo que causará gasto sin provecho, es decir malgasto de dineros públicos, hechos que solamente apuntan a justificar la “exigencia nacional” de mostrar “Ejecución del gasto” variable que no sirve sino para engañarse cuando el fin u objetivo es mostrar “Ejecución de Obras”.

Hacer lo correcto significa: Contratar empresas que hagan los estudios con la participación de profesionales especialistas de experiencia y no con los bachilleres que trabajan en la planilla, explotados y subcontratados. Aquí una primera exigencia para los contralores o inspectores de gobierno, exijan a los consultores y empresas de consultoria, demuestren la participación de los profesionales que presentan en sus propuestas técnicas, exigiendo sus recibos de pago o las planillas correspondientes. Ello asegurará cuando menos la participación colegiada de profesionales de confianza y la calidad del estudio.

Otro aspecto a tener en cuenta es considerar en estos estudios aquello que sea ejecución eficiente de estudios básicos de campo, realizados concienzudamente, y seguimos con el control exhaustivo, para evitar que empresas inescrupulosas procedan con el “copia y pega” de datos y descripciones técnicas solamente para rellenar los expedientes técnicos.

A partir de buenos estudios, mejores ejecuciones de obra, bajo el mismo concepto, honestidad en el actuar profesional.

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